El desafío de la tarta de manzana sacó de su zona de confort a los cocineros. Algunos como Fernando aseguraron que se trataba del reto más difícil en todo el tiempo que llevaban de competencia.
Otros, como Érika, estaban tan concentrados con sus preparaciones que descuidaron sus estaciones. En el caso de la cocinera, dejó una hornilla encendida sin darse cuenta que tenía cerca un papel que se prendió con la llama del fuego. “Ay que se quemó”, se escuchó decir a Anita.
Mientras que la cocinera se dio cuenta y sin pensarlo agarró lo que sobraba de papel y lo llevó al lavaplatos ante la mirada de sus compañeros del balcón que se quedaron atemorizados. Tras apagar este “pequeño incendio”, Érika festejó junto a sus compañeros que pudo tener todo bajo control.
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“Lo que hago lo controlo”, dijo la cocinera detrás de cámaras, mientras Anita no podía creer todo lo que ocurría en las cocinas de MasterChef.