Marcelo Araúz, el hombre que hizo de la cultura cruceña el alimento de su alma
Fue el creador de la Casa de la Cultura y el responsable de poner en el mapa internacional a las Misiones de Chiquitos, con el impulso de la música barroca, labor que hace de él un ‘Boliviano de Oro’.
“La cultura es el alimento del alma” y el gestor cultural Marcelo Araúz Lavadenz (88) ha sabido alimentarse de esta la mayor parte de su vida, dedicando –como él mismo relata- “alma vida y corazón” a promover las raíces cruceñas a través de las diferentes expresiones artísticas de la cultura oriental.
A pocos días de conmemorarse el aniversario de la fundación de Santa Cruz, el próximo 26 de febrero, sus allegados le rinden un homenaje y hacen memoria de una carrera que labró diferentes áreas de la cultura cruceña, situación que le hace merecedor de ser el protagonista de la sección ‘Boliviano de Oro’ de UNITEL.
Este gestor cultural, mecenas y director de festivales que ha hecho florecer la cultura boliviana creó, fundó y dirigió la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche, uno de los núcleos de difusión de los artistas locales y nacionales ubicado en la capital cruceña, consciente de la importancia de los asuntos culturales para la ciudadanía.
“La cultura es el alimento del alma y los pueblos que tienen cultura son pueblos en los que uno puede confiar porque su gente que discierne, piensa, escoge y tiene criterio. Alguien tenía que dedicarse a la cultura en Santa Cruz y eso hacía falta, ese fue el motivo por el que dediqué alma vida y corazón”, relata este ‘Boliviano de Oro’.
Su hoja de vida exhibe que fue impulsor de centros culturales en los barrios cruceños y creador festivales nacionales e internacionales. Además, es el responsable de poner en el mapa mundial a las Misiones de Chiquitos, una parada obligatoria de artistas que llegan desde diferentes latitudes para participar del Festival Internacional de Música Barroca.
Asimismo, siguió de cerca las restauraciones de las Misiones Jesuíticas y rompió el silencio de estos templos introduciendo los coros y orquestas misionales, un sello de identidad en diferentes municipios y del que toman parte estudiantes de todas las edades. Un ejemplo de ello es la labor en el municipio de Urubichá.
Una vez que la Alcaldía cruceña se hizo con la dirección de la Casa de la Cultura, Araúz tomó nuevos rumbos y creó la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), junto a otros personajes cruceños como el historiador Alcides Parejas, la gestora cultural Cecilia Kenning y el dramaturgo René Hohenstein.
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“(Marcelo Araúz) fue el gestor de los mayores proyectos cruceños y lo que ha hecho por los artistas y por la gente alrededor de la cultura hace que sea lo que es, indudablemente, una persona y un ‘Boliviano de oro’”, reseña Hohenstein.
Mientras que otros compañeros con los que compartió recorrido, como Alcides Parejas, exponen que Araúz “es un ícono de la cultura boliviana y cruceña”. Del mismo modo, Cecilia Kenning recuerda que este personaje cruceña también puso su vida y patrimonio al servicio de la cultura.
“Es una persona que sin ella no se puede entender el presente cultural de Santa Cruz y de Bolivia. Está involucrado en distintos movimientos culturales y artísticos”, apunta por su parte el actual director de APAC, Percy Áñez Castedo.
Su entorno familiar también resalta su legado, sus ideas, su creatividad y su entrega, aspectos que lo hacen un ejemplo a seguir para sus hermanas y sobrinos.
Figuras como Tito Kuramoto señalan que los artistas le están muy agradecidos por su impulso a diferentes áreas, criterio que es compartido por el gestor cultural Héctor Molina, quien califica a este ‘Boliviano de Oro’ como uno de los baluartes del impulso de la cultura regional y las danzas folklóricas.
Y es que gracias a Marcelo Araúz, el talento de muchas personas llegó a mostrarse en la música, el teatro, la pintura, la danza y otras ramas de las que supo alimentarse y supo también alimentar a los cruceños y los bolivianos.
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