Mensaje presidencial: Ven que Arce usó un lenguaje electoral con miras a 2025 y el bicentenario
En 51 minutos de intervención, la máxima autoridad del Estado abordó tres asuntos que su Gobierno tiene pendiente e hizo una reseña sobre el tema económico. Dos analistas dan su punto de vista

El presidente Luis Arce se dirigió al país este domingo 6 de agosto con un discurso en el que empleo un lenguaje de orden electoral con miras al bicentenario y 2025, según dos analistas.
Fueron 51 minutos de discurso, más otros cuatro en los que se ocupó de saludar a los presentes en la Casa de La Libertad, en donde se realizó el acto central de conmemoración de los 198 años de la Independencia de Bolivia.
Abrió su mensaje con una reseña histórica de lo que él considera fue un proceso de “descolonización” del país.
El mensaje presidencial estuvo marcado por la identificación de tres tareas pendientes por resolver desde su Gobierno y que generaron controversia en el último tiempo en la arena política: corrupción, narcotráfico y elecciones judiciales.
También citó los tres ejes en lo que respecta al tema económico que son pilar de lo que resta de su gobierno.
Mensaje
El exministro y analista Reymi Ferreira consideró que es visible otra intencionalidad en el discurso del mandatario.
Consideró que el uso de arengas y frases construidas en los 51 minutos que duró el discurso presidencial la mañana de este domingo muestran a un presidente menos tecnócrata y más político, pero sobre todo con la mirada puesta en 2025, año del bicentenario y los comicios presidenciales.
“Ya se nota un Lucho Arce diferente, es un discurso menos tecnocrático, más político. Parece haber otro análisis del tema electoral porque se ha mencionado varias veces el 2025”, apuntó Ferreira en una entrevista con la red UNITEL.
El mandatario mencionó en diferentes puntos de su intervención los avances que hay en cuanto a la gestión de Gobierno para cumplir la agenda de cara al bicentenario y los temas en agenda en materia económica “para completar su proceso de liberación nacional”.
Luis Arce, como orador
Por su lado, el analista Andrés Gómez apuntó que el presidente usó una voz firme y, en momentos, taxativa y con mínimo contacto visual. Observó que no se dirige a las cámaras, tomando en cuenta que era un mensaje para todo el país.
“Se concentra en su discurso y lo que está leyendo, pero no en lo que le dice a la gente, no le habla a un público específico y da impresión que se habla a sí mismo o a gente que está convencida o que busca escuchar palabras de lo que estaban esperando”, contempló Gómez.
Las más usadas
Las palabras que más utilizó el presidente fueron Bolivia e independencia, en 35 y 26 ocasiones, respectivamente.
Pero también repitió en más de una ocasión lo siguiente: pueblo (24), Estado (21), justicia (17), gobierno (16), lucha (15), patria, bolivianos y recursos (13), colonial (10), soberanía y narcotráfico (9), Bicentenario (7) e industrialización (6).
Historia
En la primera parte del discurso, Arce se ocupó de los hechos históricos y la habitual lectura del MAS sobre el pasado, según observa el analista Andrés Gómez, quien apuntó que el mandatario usa los mismos nombres y lectura “que no va a cambiar”, aunque lo rescatable es que se habla de dos independencias: la de 1825 y la que llega a través del Proceso de Cambio; sin embargo, esto es “una visión política”.
Además, en este ámbito, el mandatario se refirió brevemente a la oposición, señalando que el antagonismo principal a nivel interno es la contrariedad entre el Estado Plurinacional frente a la restitución de la República colonial, antagonismo expresado por las “diversas fuerzas políticas de una derecha que tiene desde expresiones fascistas hasta posiciones socialdemócratas”, a la que acusó de querer “inviabilizar el proyecto popular”.
Tareas pendientes
El presidente ocupó parte de su discurso para referirse a la corrupción, el narcotráfico y el sistema judicial, además de otras menciones que, según el analista Ferreira, fueron genéricas, como la situación interna en el Movimiento Al Socialismo (MAS).
“No ha querido decir que son los tres fracasos del denominado Proceso de Cambio”, apuntó por su parte el analista Gómez, al exponer que en temas de corrupción Arce culpó al pasado refiriendo que esta fue “la peor de las herencias coloniales”, tema que no tiene sentido, según el analista.
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Gómez acotó que en el tema narcotráfico, el presidente usa la estrategia de mostrar defectos de otros gobierno en lugar de los casos actuales.
“Es como decir ‘no somos los únicos que estamos involucrados en narcotráfico como gobierno’”, cuando hay temas como el caso Marset, el narcovuelo o los envíos de droga al exterior que han ocupado la agenda mediática en los últimos meses.
“En mi criterio reconoció que la nacionalización de la lucha contra el narcotráfico fue un fracaso y usa la regionalización, lo que ya había antes”, apuntó Gómez.
Mientras que, sobre el tema judicial, Arce exhortó a la Asamblea Legislativa a allanar la concreción de nuevos tribunales, aunque admitió que una elección de autoridades judiciales no cambiará los problemas estructurales de la justicia y eso está demostrado.
En este sentido, Gómez observó que el presidente no manifestó cómo va a reformar la justicia, cuando es la población la que sufre las consecuencias de un sistema corrupto, por lo que es “una retórica que no acompaña al proceso y al contexto”.
Economía y los ejes
Otro de los bloques del discurso presidencial fue el económico y en ese contexto sacó a relucir la perspectiva de cara a 2025, para lo cual se plantea la industrialización con sustitución de importaciones, remarcando el descubrimiento de dos pozos hidrocarburíferos y la proyección que hay respecto al impulso de los biocombustibles, ya que la reducción de las cifras de importación no está acompañada por el costo del ingreso de carburantes al mercado nacional.
“Para esconder crisis del gas y que se está agotando mostró cifras respectos a dos pozos, que se está descubriendo, pero eso no resuelve el problema. El discurso del presidente habla de poco futuro”, cuestionó Gómez.
Mientras que Ferreira consideró que lo de Arce fue un discurso formal, en el que no hay datos nuevos que sean motivo de un ajuste en la agenda política e institucional del país, por lo que ve que fue adecuado, ya que inmiscuirse en temas puntuales que son parte de la coyuntura puede conllevar a degradar la postura institucional y llevarla a un plano político.
“Lo que dio son cifras reales, macroeconómicas constatables, que eso signifique un bienestar o no (para la población) es un tema subjetivo”, apuntó Ferreira, aunque resaltó la propuesta de las plantas de biodiesel que se verán apuntaladas por la labor del agro.
Respecto al litio, Arce fue breve y resaltó los contratos firmados con dos empresas, una china y una rusa. Además, destacó que Bolivia cuenta con 23 millones de toneladas de esta materia prima.