Muere a los 91 años Brigitte Bardot, ícono del cine y activista de los derechos de animales
La actriz francesa que participó en cerca de 50 películas falleció este domingo. Hay luto en Francia por esta pérdida
La legendaria actriz francesa Brigitte Bardot, icono del cine, defensora de la causa animal y conocida por sus comentarios polémicos, murió este domingo a los 91 años, tras décadas alejada del estrellato.
La protagonista de “Y Dios creó a la mujer” y “El desprecio” rodó medio centenar de películas, impuso un estilo de vestir simple y sensual, y forjó la leyenda de Saint-Tropez, en Francia, y de Buzios, en Brasil.
“La Fundación Brigitte Bardot anuncia con inmensa tristeza el fallecimiento de su fundadora y presidenta”, indicó la institución en un comunicado, precisando que murió este domingo por la mañana en su residencia de “La Madrague”, en Saint-Tropez.
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Fuera de su residencia en Saint-Tropez, en la Costa Azul, un puñado de fans depositaron flores.
“Lloramos la pérdida de una leyenda del siglo”, reaccionó en X el presidente francés, Emmanuel Macron.
Marine Le Pen, líder del partido de ultraderecha Agrupación Nacional (RN), con el que Brigitte Bardot no ocultaba su cercanía, rindió homenaje a una mujer “increíblemente francesa: libre, indomable, íntegra”.
En los últimos años, la actriz que encarnó la liberación de las tradiciones en la Francia de los años 1950 causó controversia con sus declaraciones sobre política, migración o el mundo de la caza. Algunas le valieron condenas por difamación.
“La libertad es ser uno mismo, incluso cuando incomoda”, escribió en el epílogo de un libro titulado “Mon BBcédaire”, publicado en Francia en octubre.
LA MARILYN MONROE FRANCESA
Antes de que se hablara de sus posiciones políticas o sociales, B.B., por sus iniciales, era simplemente un mito: la de una mujer liberada de la moral, de la forma de vestir, del amor, de los códigos sexuales.
“Brigitte Bardot, Bardot/Brigitte besó, besó/y dentro del cine/todo el mundo enloqueció” cantaba el brasileño Jorge Veiga en los años 1960, una composición a ritmo de samba testigo de la fascinación planetaria por esta mujer de mirada insolente.
Era una mujer que “no necesita a nadie”, como ella misma cantaba en el título compuesto por Serge Gainsbourg en 1967.
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Muchos consideraron a Bardot como una Marilyn Monroe “à la française”, también rubia y de una belleza impresionante, perseguida por los paparazzi día y noche, y con una tumultuosa vida privada.
A mediados de los años 1970, antes de cumplir 40, y tras medio centenar de películas, tomó la decisión fulminante de abandonar el mundo del celuloide.
Dos escenas habían ya pasado a la historia del cine: un mambo febril (e improvisado) en un restaurante de Saint-Tropez (“Y Dios creó a la mujer”) y un monólogo, pronunciado desnuda, donde enumera las partes de su anatomía (“El desprecio”).