Arlinda de Dabdoub y su esposo Gabriel forman parte del legado del Carnaval cruceño
Arlinda de Dabdoub nuestra Cruceña de Oro, añora en su corazón los recuerdos del carnaval de calle y recordó en La Revista los inicios de las precarnavaleras.
Arlinda de Dabodub es una mujer que forma parte de la historia del Carnaval cruceño. Junto a su esposo Don Gabriel ‘Gaby’ Dabdoub eran una de las parejas más celebres del Carnaval. Desde 1975 iniciaron una de las tradiciones que forman parte de esta gran fiesta y que hasta el día de hoy perdura: las precarnavaleras.
Gracias a este legado que no solo forma parte de la historia del Carnaval sino también de la historia cruceña, Doña Arlinda es nuestra Cruceña de Oro y en La Revista de Unitel recibimos el honor de su visita para hablar sobre cómo nació esta actividad que es el preanuncio a la fiesta grande de los cruceños.
Impecable y con el rostro lleno de nostalgia, Doña Arlinda recordó aquellos días en los que iniciaron junto con su esposo y la comparsa Haraganes las precarnavaleras.
“Desde el año 75 la comparsa Haraganes la nombraron reina a mi hija mayor Medul Dabdoub y mi esposo aceptó, quiso hacer una cosa muy bonita, cambiar digamos hacer pasarelas, hacer sillas para que la gente tenga más comodidad para mirar el corso porque todos esperábamos el Carnaval”, relató.
A partir de esta experiencia, su casa se convirtió en el lugar de planificación de la fiesta y fue ahí donde empezaron a recibir a miles de comparseros año tras año. Incluso le mencionó a la presentadora Anabel Angus, que cuando fue reina del carnaval ella fue testigo de todo lo que ocurre en su hogar donde siempre para esta época hay sillas y mucha comida para los comparseros.
“Mi casa es pequeña, pero mi corazón es grande “expresó y aseguró que ella y su esposo siempre amaron a la fiesta grande de los cruceños. “Hasta ahora no ha habido quien reemplace esa pareja del Carnaval cruceño”, dijo con nostalgia.
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Doña Arlinda y Don Gaby se caracterizaban por llevar majestuosos trajes que ellos mismos hacían confeccionar. Según Doña Arlinda, los realizaba una señora de Montero que tenía habilidades y la visión para hacerlos realidad.
Es tanto el cariño que Doña Arlinda le tiene al carnaval que incluso algunos detalles de sus trajes los lleva con ella y prueba de ello fue la anédcota que le contó a Anita. “Te voy a comentar algo, una anécdota”, tengo adornos de uno de los trajes que fueron de monedas, aquí las tengo las moneditas”, a tiempo de mostrarle que se convirtieron en accesorios.